Horas Extra
Por Daniel Lee
Cuando hablamos de precariedad laboral, hablamos de la realidad que tenemos en nuestro país y que por más que se presuma generación de nuevos empleos registrados ante el IMSS, lo cierto es que corresponden a salarios que en su inmensa mayoría no alcanzan a cubrir las necesidades de las familias.
No son, lo que se dice salarios dignos. Por tanto, la informalidad es, y seguirá siendo un mal necesario aunque ello signifique que esos trabajadores estén fuera de la seguridad social, sin prestaciones, y sin derechos laborales
Un salario digno y medianamente suficiente, simplemente no lo hay: Apenas unos cinco millones de trabajadores cuentan con ingresos de entre 20 y 40 mil pesos mensuales para cubrir sus necesidades, esto es el 20% de quienes diariamente salen a laborar en nuestro país.
Datos de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza da a conocer estudios y análisis de manera periódica y en verdad siempre arroja números interesantes, pero también preocupantes que nos ponen en perspectiva.
Y así tenemos que más de 16 millones de empleados, 8.1 millones de mexicanos tienen salarios de sobrevivencia que apenas les alcanza para adquirir dos canastas básicas para dos personas con un ingreso cercano a los 8 mil 600 pesos mensuales y 8.6 millones ni siquiera alcanzan a cubrir sus necesidades básicas.
A esto hay que sumarle que el 55 por ciento de las personas ocupadas, la mitad (unos 32 millones) no tienen seguridad social, son parte del grueso de trabajadores en condiciones precarias.
La situación de la mayoría de las personas no es la mejor, aquellos que cuentan con un empleo formal no necesariamente resuelven, por más que dediquen una jornada completa. Simplemente no puede salir de la pobreza ni cubrir tus gastos.
Por si fuera poco muchas personas están excluidas del mercado laboral y a nivel nacional suman 25.3 millones las que están desocupadas; hay al menos 5.4 millones de personas en situación de desempleo.
Son personas que les gustaría trabajar, pero por diversas razones, pues ya ellos dejaron de buscar y hay otros 18 millones que están excluidas por realizar trabajos domésticos, donde 90% son mujeres”.
De acuerdo al diagnóstico realizado por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, que por cierto es una iniciativa ciudadana creada en 2015 con el respaldo de más de 60 organizaciones de la sociedad civil mexicana, todas las entidades del país viven el mismo problema, no ofrecen salarios dignos y suficientes a sus ciudadanos, aunque en la región del sur-sureste, detalla el informe, existen peores condiciones laborales que las del centro o norte del país.
Oaxaca, es la entidad donde existen más trabajadores sin protección social, con peores derechos laborales hasta en un 80% de sus plazas de trabajo.
Le siguen Guerrero con precariedad en 79% de sus trabajadores y Chiapas con 74%, superando estas tres entidades superar por mucho el promedio nacional que es de 55 por ciento.
Es un hecho que no todos podrán ser ingenieros, médicos o abogados, y también es una cuestión de elección, pero ello no significa que no se puedan tener empleos con un salario digno donde las diferencias entre profesiones y oficios sean tan marcadas.
Para algunos ser cajera podría ser considerado un mal empleo. No hay nada de malo con tener esa posición, el problema es que vivimos en una sociedad que mal paga este tipo de actividades, y resulta todo un reto vivir con este ingreso pensando en una familia de cuatro integrantes. Bajo este esquema, no será que lo que deberíamos estar cuestionando es la precarización de los empleos.