“Tengo mucha empatía por el sentimiento de las personas, cualquiera sea su sentimiento” en relación a ChatGPT, dijo el jueves a la AFP Sam Altman, creador de OpenAI, que lanzó una revolución tecnológica con esta plataforma de inteligencia artificial (IA) generativa hace un año.
El ejecutivo acababa de participar en una conferencia con altos jerarcas de Google y Meta al margen de la cumbre anual del Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC), que se desarrolla en San Francisco esta semana.
A pesar de su éxito, ChatGPT y otras interfases capaces de producir textos, imágenes y sonidos a demanda, preocupan por los peligros que pueden acarrear para la democracia, como la desinformación masiva, o el empleo, con profesiones u oficios que podrían verse reemplazados.
“Esperamos realmente que estas herramientas sean adoptadas por los creadores y que les ayuden“, explicó Altman a propósito de los artistas furiosos con las aplicaciones de OpenAI.
“Por supuesto, habrá que encontrar un modelo económico que funcione”, reconoció. “Y tendremos que permitir a las personas decidir si quieren ser parte o no”.
Artistas, escritores de códigos informáticos y escritores (entre ellos George R.R. Martin, autor de la saga “Juego de Tronos”) presentaron este año una demanda contra OpenAI y otros competidores de la start-up californiana, a los que acusan de utilizar sus obras para crear sus interfases sin respetar los derechos de autor, sin consentimiento ni remuneración.
En Hollywood, la huelga histórica de guionistas y actores que acaba de terminar ilustra sus temores con relación a la inteligencia artificial generativa.
China y la IA
A la salida de la sala de conferencias, Altman fue rodeado por simpatizantes que buscaban tomarse fotos con él.
Consultado sobre el uso de IA en China, aseguró “no saber gran cosa sobre cómo China utiliza la IA”. “No está entre mis competencias”, sostuvo.
La cumbre del APEC estuvo marcada por la rivalidad entre Estados Unidos y China, enfrascados en una competencia económica y política feroz.
Para muchos en Estados Unidos, el dilema del uso de la IA se relaciona con el modelo de sociedad que se busque. El presidente Joe Biden ha considerado al dirigente chino Xi Jinping como un “dictador”. Y Pekín utiliza la IA con fines de vigilancia de la población, en particular gracias al reconocimiento facial.
En abril, las autoridades chinas indicaron que las herramientas de IA generativa serían inspeccionadas y deberían “reflejar los valores socialistas fundamentales y no contener” elementos relativos “a la subversión del poder del Estado”.
Elecciones en EUA
La regulación de la IA también se debate en los parlamentos europeo y estadounidense, pero con el enfoque de evitar que sirva para discriminar, manipular o cometer fraudes.
OpenAI y los otros gigantes estadounidenses de la IA también piden regulaciones, mientras “no frenen algunos progresos increíbles” que se logran, explicó Altman.
El gobierno estadounidense ha manifestado su preocupación por el papel de la IA durante la campaña electoral de 2024.
La nueva tecnología facilita la creación de montajes hiperrealistas de imagen y sonido (conocidos como “deepfake”) y de falsos contenidos.
“Hay muchas incógnitas. No sabemos aún de qué es capaz la IA generativa en términos de video, particularmente”, reconoció Altman durante la conferencia.
“Pero eso ocurrirá rápida y furiosamente durante un año electoral y deberemos seguirlo de cerca para reaccionar a medida que pase”, concluyó.