PULSO

Eduardo Meraz

 

Despreciado me voy
despreciado vilmente por ti
cuando quieras volver
no encontraras ni un recuerdo de mí.

 

Conforme se acerca el final de la serie “Claudia y Marcelo”, el antagonista varón parece desconocer los abusos y costumbres de su movimiento, e insiste en la reposición del proceso por medio del cual la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México se convirtió en la nueva “bastonera”.

Después de varios intentos por tratar de lograr piso parejo en la contienda, sus llamados se los llevó el viento. Y tanto en Palacio Nacional como en la sede de Morena sus plegarias no fueron escuchadas.

Si Ebrard Casaubon cree que la Comisión de Honor y Justicia del partido guinda, cuyas decisiones nunca han beneficiado a los demandantes modificará la decisión del Consejo morenista, evidencia su absoluto desconocimiento de las prácticas del partido guinda, cuyas reglas son un chicloso, que se ajusta e interpreta de acuerdo con la voluntad de Palacio Nacional.

La prueba más contundente la acaba de dar a conocer la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, quien detalló como el racismo, clasismo fueron el principal argumento de peso para determinar al ganador de las encuestas y no los votos.

“Las ponderaciones”, que sin duda se pondrán de moda en el tiempo restante para la elección de junio de 2024, es la versión partidista de “los otros datos” con los cuales el presidente totalmente palaciego disfraza la realidad todos los días. Así las ponderaciones se comenzarán a aplicar en todos aquellos rubros en los cuales las cuentas no le salen al mandatario sin nombre y sin palabra.

El “modelo o modito” aplicado por el habitante temporal del palacio virreinal en su teatro en atril mañanero, ha sido y es fácilmente adaptado y adoptado por seguidores como Claudia Sheinbaum y ahora Luisa Alcalde, para quien los amagos a madres buscadoras es una exageración, pues sólo fueron disparos al aire.

Con o sin “ponderaciones”, es harto previsible el rechazo de la Comisión de Honor y Justicia a la solicitud ebrardiana de reponer el proceso de selección de la corcholata preferida, pues implicaría reconocer las trapacerías cometidas, con o sin la anuencia presidencial.

Así, el anticlimático final de la serie es la separación del ex titular de Relaciones Exteriores de Morena, donde el ala ruda no lo quiere ni lo acepta, si bien afectará mínimamente la figura de la protagonista: la chica de la cola de caballo.

O acaso ¿ustedes se imaginan que el innombrable presidente le pida la devolución del bastón de mando a Sheinbaum Pardo?

Como refiere la canción de los años 60 del siglo pasado: es más fácil encontrar rosas en el mar a que la actitud quejumbrosa de Marcelo Ebrard encuentre eco en las filas morenistas.

Retardar su salida de Morena, obedecería más a una idea de encarecer su presencia ahí o en algún otro partido y, muy probablemente, lo aleje de la pretensión de aparecer en la boleta presidencial de 2024, sobre todo si pretende crear una nueva asociación política.

Despreciado me voy.

He dicho.

EFECTO DOMINÓ

La presente administración cada vez nos sale más cara a los mexicanos. Si México utiliza el endeudamiento previsto para 2024, el sexenio nos dejará una deuda 50% mayor a la existente en 2018, en más de 5 billones de pesos.

Y por su política de abrazos, no balazos el costo de la inseguridad y el delito en hogares mexicanos fue de 319,100 millones de pesos en 2022, un 14.41 % más que los 278,900 millones de pesos de 2021, reveló este lunes el Inegi.

 

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