El nearshoring es un fenómeno que consiste en la ‘migración’ de los procesos de fabricación, ensamblaje o proveeduría de una empresa trasnacional al país donde va a comercializar sus productos, o bien, a una nación cercana. 

Es benéfico para las compañías porque les facilita el traslado de las mercancías, reduce los costos de transportación y mitiga los riesgos operativos, garantizando la disponibilidad de los productos para la comercialización. México, en particular, se ha posicionado como un territorio sumamente atractivo a nivel global para hacer nearshoring.

El país tricolor ha llamado la atención de diferentes empresas alrededor del mundo por ciertas condiciones que le son inherentes: su cercanía con Estados Unidos, los beneficios de los tratados de libre comercio suscritos por México, sobre todo, el modernizado tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) y los bajos costos de mano de obra. 

Luis Felipe Treviño, managing director de la firma de inversión privada Beamonte Investments, considera que México es la próxima parada de la globalización después de China, subrayando que la tendencia de empresas con sede en Estados Unidos de obtener bienes de proveedores regulares se ha vuelto cada vez más costosa y requiere de mayor tiempo.

“Se ha cuestionado reiteradamente si México reemplazará a China como destino preferente de las inversiones de países como Estados Unidos. Sin embargo, hay empresas que optarán por mantenerse en China, ya que se sienten cómodas haciendo negocios allí, más aquellas que encajan con las capacidades locales de alta tecnología y la infraestructura de la cadena de suministro”, comenta el experto. 

El nearshoring es tema en la agenda de los líderes de Norteamérica, debido en parte a las interrupciones en la cadena de suministro derivadas de la pandemia, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y el conflicto ruso-ucraniano. Por estas razones y otras tendencias e inversiones en su mayoría estadounidenses y de los países asiáticos, el nearshoring también está llegando a América Latina.

Pero México podría consolidarse como líder en nearshoring en América del Norte, lo que podría acelerar el crecimiento en exportaciones del sector manufacturero. Treviño enlista cuatro factores que favorecen al mercado mexicano para que más compañías internacionales reubiquen sus centros de producción en el país:

  1. Husos horarios alineados con Estados Unidos, lo que facilita la comunicación entre centros de producción en comparación con el horario de China y Europa.
  2. Costos de transporte y tiempos de entrega más asequibles y rápidos, debido a la proximidad y a la baja complejidad. Por ejemplo, los costos de envío desde el norte de México pueden ser más baratos que los de China.
  3. USMCA. Este acuerdo comercial eliminó los aranceles a las exportaciones de México a Estados Unidos, lo que favorece la producción mexicana en diversas industrias, especialmente en la fabricación de automóviles y componentes automotrices.
  4. Una industria manufacturera experimentada que cuenta con altos estándares de calidad y una fuerza de trabajo altamente preparada. El valor añadido bruto de la industria manufacturera en México es de alrededor de 221 mil millones de dólares y contribuye en un 18% al PIB nacional.

“Entre el conjunto de oportunidades de nearshoring para América del Norte, la industria de los semiconductores es probablemente la más prometedora, no sólo para las empresas estadounidenses, sino también para las asiáticas interesadas en asegurar su participación en esta nueva cadena de valor”, señala Treviño.  

De los 5.09 millones de pies cuadrados de espacio en los parques industriales mexicanos que han sido arrendados por empresas extranjeras, aproximadamente el 80% son empresas con sede en China. Alrededor del 15% fueron alquilados por firmas estadounidenses, el 3% por japonesas y el 2% por coreanas. Las empresas chinas también han arrendado 4.23 millones de pies cuadrados de espacio en parques industriales mexicanos para instalar líneas de producción en Monterrey, Saltillo, Juárez, Tijuana, Querétaro y Ciudad de México.

“Un ejemplo de cómo el nearshoring ya está impactando la economía nacional lo vemos con Baja California. En el primer semestre del año pasado, el estado recibió 1,220 millones de 55 empresas diferentes con sede en Estados Unidos, China, Corea del Sur, Alemania y Francia. Estas inversiones provienen principalmente de la industria médica, electrónica, automotriz, metalúrgica y alimentaria”, concluye el presidente de Beamonte Investments.