PULSO

Eduardo Meraz

Quizá por lo disparejo del piso en la contienda electoral presidencial y el desplazamiento de las placas tectónicas en los partidos políticos, diciembre de 2023 puede congelar muchas aspiraciones y, en algunos casos, convertirse en sepultura de otras, o bien pasar a la lista de los desaparecidos no desaparecidos. Lo cierto es que muchos están temblando y no precisamente por el frío.

Los escalofríos y fiebres en algunos miembros de la clase política van más allá de los movimientos telúricos que se han dejado sentir en la capital del país y sede de los poderes de la Unión, sino también por su posible exposición a los muchos escándalos de corrupción que se están dando a conocer y los pueden descobijar.

El manto de la investidura parece corto para cobijar a un buen número de servidores públicos metidos en negocios poco claros o en asociaciones con grupos delincuenciales, aun cuando la Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación traten de encubrirlos.

Tan sólo con los sobrecostos -hasta ahora sin explicación ni justificación- de las obras emblemáticas, se sobrepasa con holgura el desfalco de Segalmex, sin que hasta el momento se haya detenido al principal culpable, el director de la paraestatal, Ignacio Ovalle.

Pero esa es la excepción y, conforme avance el invierno, se sabrá de varios que quedarán a la intemperie y, tal vez, abandonados a su suerte. Y algo similar ocurrirá con los miles de aspirantes a un cargo de elección popular que no alcancen su objetivo.

Una vez solventadas las precandidaturas a la primera magistratura, los partidos enfrentan el complejo dilema de terminar de seleccionar a sus candidatos a las gubernaturas, senadores, diputados federales y locales y miles de puestos en el nivel municipal.

Tan solo en Morena, se han anotado más de 100 mil aspirantes que, en promedio, representan cinco personas por cada cargo. Cinco cuatroteístas por cada posición en disputa, dispuestos hasta la ignominia con tal de servir a la población, pues saben que amor con amor y prebendas estarán bien remunerados por el sacrificio.

Este número de solicitantes bien podrían estarse anotando en los demás partidos políticos, por lo cual, estaríamos hablando de alrededor de medio millón de potenciales candidatos, una cantidad de locura por todos los recursos propios e impropios que habrán de utilizarse para conseguir la nominación.

Dinero que, sin duda, bien podría destinarse a los damnificados y víctimas del huracán Otis, en Guerrero, o los causados por otro tipo de desastres, tanto meteorológicos como políticos o de seguridad, como los recién registrados en Michoacán y el estado de México.

Así, pues, el cierzo invernal actual puede generar varios levantamientos políticos antes de iniciar las campañas o durante las mismas y, con ello, provocar movimientos sísmicos y alterar las tendencias electorales.

He dicho.

 

EFECTO DOMINÓ

Al rendir su primer informe, la ministra presidenta de la Corte, Norma Piña, fue muy elocuente al señalar: El cambio que todos anhelamos en la justicia de nuestro país no solo está en manos del Poder Judicial Federal. Tampoco es exclusivo del Poder Ejecutivo, ni Legislativo federales. “Estamos ante una responsabilidad de Estado. Ante una responsabilidad compartida entre todas las autoridades de los distintos órdenes de gobierno”.

 

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