Más de dos mil trabajadores de honorarios y de confianza enfrentarán un futuro incierto a partir de abril. El Senado de la República ha decidido despedirlos sin compensación alguna, dejando de lado sus derechos laborales y su dedicación de seis años de servicio.

Según trascendió, el objetivo de esta maniobra es ahorrar mil trescientos millones de pesos, pero a costa de sacrificar la estabilidad y el bienestar de estos trabajadores y sus familias.

Este dinero no será devuelto a la tesorería, sino que se destinará a aumentar los finiquitos de los senadores que finalizan sus funciones en agosto, explicó un grupo de los trabajadores afectados que pidió no revelar su identidad.

Consideraron que es inaceptable que se priorice el beneficio personal de unos pocos, por encima del sustento y el derecho al trabajo digno de muchos y sus familias.

Los trabajadores señalaron como responsable de esta “voraz y corrupta determinación” al senador Ricardo Monreal, secundado por la conveniencia de los demás legisladores que no están pensando en el futuro de hombres y mujeres honestos.

“No podemos permitir que se violen impunemente nuestros derechos laborales. ¡Alto al abuso en el Senado! Exigimos un trato justo por estos años de trabajo, por la dedicación, el esfuerzo y el empeño que han sido elementos clave para el desarrollo legislativo de esta Cámara. Como trabajadores del Senado no pedimos más de lo que consideramos es justo, merecemos una compensación justa por nuestra labor dedicada y leal al Senado”, declararon los afectados.