Roberto Sganzerla, especialista en marketing de transporte y movilidad urbana de Brasil, destacó este día la importancia que tiene la visión humana en el diseño y puesta en marcha de programas de transporte y movilidad alrededor del mundo, como el Proyecto Grande Vitoria, plan de movilidad integrada sobre el concepto de “movilidad más humana” surgido a partir del Covid19.

“Movilidad humana significa poner a las personas en el centro del transporte. Anteriormente autoridades e iniciativa privada, organizaciones civiles nacionales y organismos internacionales se enfocaban en la tecnología, las tarjetas inteligentes, las estaciones, los autobuses, los camiones y los microbuses, sin considerar de manera efectiva las necesidades reales de los usuarios”, explicó.

Destacó que ahora, se considera a los niños y jóvenes que se trasladan a sus escuelas, a los hombres y mujeres que van a trabajar, y al público en general que se traslada en el transcurso del día a día para atender todo tipo de actividades. Desde su perspectiva, ese cambio de conciencia mundial sobre el aspecto humano en el transporte y la movilidad surgió tras el inicio de la pandemia de Covid.

Sganzerla aportó su experiencia en el marco del 14° Congreso Internacional de Transporte que bajo la premisa “De la crisis a la modernización” generó la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM) en el Centro Cultural ¨Jaime Torres Bodet¨ del Instituto Politécnico Nacional (IPN) con la participación de especialistas nacionales e internacionales en la materia.

En Brasil, dijo, se ha reconstruido el transporte después del inicio de la pandemia de Covid, y añadió que una de las principales actividades de los seres humanos es la movilidad, de ahí la importancia de procurar que esa acción sea lo más humana posible. “A partir de ahora el transporte público cobra nuevos contornos y atributos, más allá del concepto de ir y venir. La pandemia se ha convertido en un importante inductor de recuperación económica, generación de empleos, ingresos y calidad de vida. Hoy trabajamos en vehículos más cómodos amigables con el medio ambiente y atractivos a la vista, y adaptados a las necesidades físicas de los usuarios”, abundó en su ponencia.

Por su parte, Alejandro Villegas, Director de Planeación Sostenibilidad, Metropolitana y Vinculación Institucional de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME), destacó la importancia de los derechos humanos aplicados a un ambiente sano y a la movilidad, consagrados en la Constitución Política, “que nos hacen pensar que en las decisiones, proyectos y acciones, gubernamentales y sociales, se debe considerar, además de conservar el medio ambiente, darle un sentido de sostenibilidad y sustentabilidad”.

Se deben proteger otros derechos y dar bienestar a la población, agregó, y darle a la población bienestar y seguridad en el transporte y en los movimientos que se realizan cada día. Recordó que los objetivos de desarrollo sustentable han sido emitidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “y particularmente se refieren a salud y bienestar, igualdad y equidad de género, y a la reducción de las desigualdades”.

Para Villegas, todos esos indicadores de desarrollo sustentable son importantes en el momento que se decide generar proyectos y acciones en materia de transporte urbano de cualquier tipo, lo cual se refleja en programas de ingeniería más específicos y en el diseño de sistemas de transporte con accesibilidad universal, “para garantizar que la gente pueda desplazarse libremente y con respeto en todos los espacios de los diferentes sistemas de transporte”.

Por ejemplo, concluyó, “hay países donde se toma como indicador que, si un niño de 5 años puede desplazarse libremente en el transporte, esa es la meta y el parámetro bajo el cual se desarrollan los sistemas de movilidad”.